El orden sanitario en el campo de los cuidados “psi”

Después de los años 1980, una ola cientificista sumerge la excepción que constituye la clínica psiquiátrica francesa para reducirla a una práctica médica como las otras, conduciendo a su disolución en la Evidence based medicine (La medicina basada en los hechos).
Algunas fechas:
1986: desaparición de las residencias en psiquiatría en beneficio de un diploma de enseñanza especializada única para el cual el candidato habrá estudiado el conjunto de materias médicas y quirúrgicas, sin que la psiquiatría encuentre un lugar particular en este conjunto.
1991: desaparición del diploma de enfermero psiquiátrico en beneficio de un diploma único.
2005: desaparición del sector psiquiátrico y creación del polo de actividades. El sector nació luego de la devastación de la segunda guerra mundial; tenía por objetivo acercarse a los enfermos conociendo el medio en el cual evolucionaban. Después de 2005, ha sido reemplazado por el polo de actividades. Esta nueva entidad no es más solamente médica sino que se vuelve medico-administrativa y cubre una población mucho más numerosa que el sector. Esto conduce a una ruptura con el objetivo principal del sector, el de los cuidados individualizados gracias a un conocimiento profundo del terreno.
Paralelamente al polo, son creados equipos móviles especializados. Esos equipos, siempre en movimiento, tienden a substituir a los centros medico-psicológicos que estaban hasta entonces bien identificados por la población local, ella, poco móvil, especialmente en el medio rural.
Polos, equipos móviles, responden a una centralización creciente de los cuidados. Ésta encuentra su apogeo con la tele-psiquiatría: la consultación entre el enfermo y el psi se hace a la distancia, por pantalla interpuesta, sin que los cuerpos se encuentren.
1 julio 2016: los agrupamientos hospitalarios del territorio (GHT), último golpe de gracia consagrado a la psiquiatría por el Ministro de Asuntos sociales y de la salud, respaldada por los directores de las agencias regionales de salud, verdaderos prefectos sanitarios. Contra su opinión, la gran mayoría de los establecimientos especializados en psiquiatría están hoy bajo “tutela” de las especialidades médicas y quirúrgicas, integradas a los GHT generalistas.
Estas reformas apuntan únicamente a la reducción de gastos de salud.
La psiquiatría contribuye a su desaparición:
La parte arrolladora de las neurociencias en los estudios de psiquiatría y de psicología, a expensas de las ciencias humanas y del psicoanálisis, favorece estas reformas. La psiquiatría y la psicología han sido poco a poco absorbidas por la salud mental, deviniendo cada vez más auxiliares del orden público[1], siguiendo un abordaje de salud pública normativa. Ellas expulsan fuera de su campo “la fisura social” que Lacan predecía desde los años 70 que aspiraría “en su hiancia cada vez más del personal, de construcciones y del dinero”[2]. A falta de no dimensionar esto, las prácticas psiquiátricas reflejan el estado de nuestra democracia sanitaria, y es cada vez más en los márgenes de la sociedad que se organizan los cuidados: la prisión, la calle, los lugares de acogida y de urgencia.
PIPOL 8 es una ocasión de mantener posible el encuentro con el discurso analítico y de inventar con los llamados trabajadores de la salud mental lo que será la práctica “psi” de mañana, sin el socorro de los discursos establecidos.
Traducción: Micaela Frattura
Revisión: Rosana Montani-Sedoud
[1] Miller J.-A., « Santé mentale et ordre public », Mental, Bruxelles, n°3, janvier 1997, p. 15.
[2] Lacan J., « D’une réforme dans son trou », Journal français de psychiatrie, n°27, avril 2006, pp. 3-5