Frente a la presión normalizante y disciplinaria, ¡la libertad del gesto de los artistas de la calle !

En este momento político particular en el cual la tendencia es la de elegir a líderes decididos a construir muros alrededor de su país – como desvergonzadas paredes – para hacer barrera humanitaria, económica o religiosa ; es más que nunca oportuno recordarnos que un muro es desde el principio destinado a ser perforado, atravesado, saltado, derrumbado, pintado… En las ciudades, se dice incluso – sobre todo las que son grises y ciegas – a ser conquistadas clandestinamente convertidas en el soporte de una expresión libre [1] – hasta incluso transformarse en una ¡obra de arte increíble !
Este importante número de My Way especial fuera cuadro honra a todas las prácticas salvajes o ilícitas que son los tags, graffitis o murales de todos los estilos que « corren en libertad » en las paredes de nuestras ciudades. Consideradas durante mucho tiempo como actos de vandalismo, desde hace algunos años son reconocidos por mucha gente como un movimiento artístico a todos los efectos, comúnmente llamados Street Art y que puede presumir de tener hoy su propia Biennale (Urban Art Biennale).
Recientemente en la aparición muy destacada de frescos clandestinos anónimos en Bruselas nos encontramos a Alain Lapiower, apasionado director de Lezarts Urbains. Hay rumores que compartimos con él, que estos frescos serían las obras de cierto Bonom, el gesto político audaz se convirtió en emblema, de los que « ayudan a la ciudad a respirar ».
Si se trata de reconocerlos como tantas formas ilegales de protesta que resisten a la presión normativa y disciplinaria creciente – trabajando al mismo tiempo en una reconquista espontánea del espacio urbano -, es también una gran lección para nosotros, los rastreadores de lo incomparable, interesarnos en la dimensión subjetiva en juego en los artistas de la calle reconocidos por un estilo, – uno que es él [2] – que los sacó del anonimato.
En la entrevista de Denis Meyers el « tipo con los gráficos » nos encontramos con que su performance – exposición Remember souvenir – tan fuera de las normas por su amplitud y porque también está condenado a la destrucción – es empujado hacia adelante en un poderoso impulso catártico. A través del retrato de la pintura de Jean-Michel Basquiat por Catherine Heule, aprendemos que el graffiti, marcando su afrenta social a la autoridad, es una manera de « hacerse un nombre ». El encuentro con Kool Koor, nos acerca también al juego de la búsqueda de una identidad en el mundo paralelo de la calle a través de la belleza de las letras.
Maria Torres Trujillo Ausljo y Katya Stoycheva nos recuerdan finalmente que el cine – con el director Yorgos Lanthimos – y la fotografía – con la experiencia del psicoanálisis como aliado – no son una excepción a hacerse eco de la necesidad de buscar un lugar fuera de las normas a la soledad del goce. Contra la ignorancia, en los muros o en sus agujeros, depende.
PS Durante las plenarias de PIPOL 8, tendremos la oportunidad de encontrarnos con Bonom/ Vincent Glowinski : nos ofrecerá una performance de danza en el que su gesto creativo proyecta en la gran pantalla imágenes fascinantes.
Traducción: Norma Lafuente
[1] « En primer lugar veo una pared que me mira. Esta pared puede convertirse en opresor hasta el punto en que se me hace necesario intervenir » confía Bonom, street artista en sus horas libres, entrevistado por Guy Duplat en el diario La Libre del 12 de febrero de 2014.
[2] Fórmula utilizada por Jacques-Alain Miller para indicar la firma del sintoma. Cf. Amirault M., Bricoleur du réel. Gaston Chaissac, épistolier, Paris, Navarin-Le champ freudien, 2017, p. 158.
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